miércoles, 18 de marzo de 2009

La elegancia del balinés



El primer ejemplar de gato balinés apareció en los Estados Unidos a fines de la década del '40. Al principio se creía que provenía del mestizaje entre un gato siamés y un angora, aunque efectivamente se sabe que esta raza surgió de antesapados puramente siameses. En realidad desde hacía bastante tiempo que en las camadas de gatos siameses aparecían gatitos con el pelaje más largo. De hecho, en 1928, uno de estos gatos fue presentado por primera vez en una exposición como un “Siamés de pelo largo”.

Sin embargo, como estos gatos no pertenecían al estándar, fueron ignorados, hasta que, a fines de la década del '40, un grupo de criadores estadounidenses decidió dedicarse a la cría de estos animales. Finalmente, la raza fue reconocida en 1968, aunque en Inglaterra no fue así hasta 1986.

Su nombre se debe a que su pelaje fino y suave y sus movimientos elegantes recordaban a las bailarinas de los templos de Bali. Además, los criadores quisieron que siguiera existiendo una referencia a su origen asiático, pero a su vez, diferenciarse del gato siamés.

El gato balinés tiene un tamaño mediano, es muy ligero, y aunque posee extremidades largas y delgadas, cuenta con una musculatura fuerte, lo que lo hace un gato ágil y a la vez esbelto y elegante.

Su cabeza es más larga que ancha, con el cráneo plano y su hocico angosto. Sus grandes orejas son anchas en la base y acaban en punta. Sus ojos tienen forma de almendra y son de un azul intenso.

Su manto es fino y sedoso, un poco más largo en el collar, los hombros y la cola. Al igual que el siamés, tiene manchas más oscuras en la cara, las orejas, las patas y la cola. Una de las características que diferencia al balinés de los gatos de pelo largo es que éstos carecen de subpelo.

En cuanto al color, se presenta en las mismas variedades que el siamés: Seal point (con los extremos marrón oscuro sobre un fondo beige claro); Blue point (con los extremos de color gris sobre un fondo blanco); Chocolate point (con los extremos de color chocolate sobre un fondo marfil) o Lilac point (con los extremos gris plateado sobre un fondo rosado).

El gato balinés destaca por su buen carácter, es fiel y cariñoso. A diferencia del siamés, su voz melodiosa y suave, y su tranquila personalidad le dan un toque aristocrático. Sin embargo, cuando le toma mucho cariño a un miembro de la familia, no presta demasiada atención al resto. Además son bastante egocéntricos y celosos, lo que hace prácticamente imposible su convivencia con otros gatos. Son extremadamente curiosos, les encanta trepar, por lo que su lugar ideal sería una casa con un jardín, en donde pueda tener su propio espacio para jugar.



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