viernes, 9 de noviembre de 2007

Gerónimo, despierta!

... dulces sueños...

Gerónimo tiene 9 años y ha pasado la mayor parte de su vida durmiendo. Tal vez porque es un gato, y eso es lo que suelen hacer los gatos.
No puedo decir exactamente cuento tiempo duerme por día, lo único que sé es que es mucho. El duerme casi en cualquier sitio: en el sofá, sobre las sillas, en la alfombra, en el césped del jardín, escondido entra las flores, pero tiene preferencia por las camas. A veces elige mi cama, y otras veces la de mi madre o la de mi hermano.
Tiene muchas posiciones para dormir. Una de sus favoritas, creo yo, es cuando se enrolla hasta que su cabeza toca sus patas traseras. Otra es cuando se pone boca arriba, con sus cuatro patas totalmente estiradas. Parece como si no quisiera hacer otra cosa por el resto de su vida más que quedarse así.
Me encanta mirarlo mientras duerme la siesta. Cuando alguien está cerca, a menudo cubre su cara, y si uno mira bien, se puede ver su hocico marrón y escuchar sus ronquidos. A veces, si uno se acerca, Gerónimo emitirá un sonido, como una manera de decirte que sabe que estás ahí, y si lo tocas suavemente, empezará a ronronear y a mover sus patitas para demostrarte que le caes bien.
Usualmente pienso que sólo tiene sus ojos cerrados, porque parece estar prestando atención a todo lo que ocurre a su alrededor. Si alguien está rondando, se puede ver el movimiento de sus orejas hacia la dirección de donde proviene el sonido. Eso no le gusta, con lo cual su cola empezará a moverse, mostrando que está molesto.
Luego de haber dormido por unas cuantas horas, Gerónimo abrirá sus ojos y se levantará. Uno puede pensar que comerá algo o que irá a jugar con su ovillo de lana, pero no. No hará eso. En realidad, luego de levantarse, se estirará y abrirá su gran boca para bostezar, para finalmente enrollarse nuevamente y seguir durmiendo.