martes, 24 de marzo de 2009

Delilah

A Freddie Mercury le encantaban los gatos. De hecho, tuvo gatos a lo largo de su vida, por lo que fueron una parte importante de esta. Varios de ellos vivieron en su mansión de Londres.

Sin embargo, ni en su departamento de Nueva York ni en Alemania, lugares donde Freddie solía pasar bastante tiempo, tenía gatos. Según Peter Freestone, su asistente personal, “el hogar de Freddie estaba donde estaban sus gatos”. Los gatos pasaban mucho tiempo en su cama y en cualquier lugar de la casa adonde el cantante de Queen estuviera. Incluso recibían regalos en Navidad.

Peter Freestone dijo que “Freddie amaba el chaleco que usó para una fotografía. Fue un regalo de unos amigos que se las habían arreglado para conseguir fotos de todos sus gatos y se las habían dado a otro amigo, quien las pintó sobre la seda del chaleco”.

Tanto amaba a los gatos, que le dedicó una de sus canciones a su gata favorita, Delilah. Esta canción apareció en el disco Innuendo, en el año 1991.











Delilah, Delilah
Oh my, oh my, oh my - you're irresistible
You make me smile when I'm just about to cry
You bring me hope, you make me laugh – and I like it
You get away with murder, so innocent
But when you throw a moody you're all claws and you bite -
That's alright!

Delilah, Delilah
Oh my, oh my, oh my - you're unpredictable
You make me so very happy
When you cuddle up and go to sleep beside me
And then you make me slightly mad
When you pee all over my Chippendale suite

Delilah, Delilah,
Oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh
You take over my house and home
You even try to answer my telephone
Delilah, you're the apple of my eye

Meeow, meeow, meeow,
Delilah - I love you, Delilah
Oh you make me so very happy
You give me kisses and I go out of my mind ooh,
Meeow, meeow, meeow,
You're irresistible - I love you, Delilah
Delilah, I love you
Ah, Ah, you make me very happy
Oooh - I love your kisses
Oooh - I love your kisses...

miércoles, 18 de marzo de 2009

La elegancia del balinés



El primer ejemplar de gato balinés apareció en los Estados Unidos a fines de la década del '40. Al principio se creía que provenía del mestizaje entre un gato siamés y un angora, aunque efectivamente se sabe que esta raza surgió de antesapados puramente siameses. En realidad desde hacía bastante tiempo que en las camadas de gatos siameses aparecían gatitos con el pelaje más largo. De hecho, en 1928, uno de estos gatos fue presentado por primera vez en una exposición como un “Siamés de pelo largo”.

Sin embargo, como estos gatos no pertenecían al estándar, fueron ignorados, hasta que, a fines de la década del '40, un grupo de criadores estadounidenses decidió dedicarse a la cría de estos animales. Finalmente, la raza fue reconocida en 1968, aunque en Inglaterra no fue así hasta 1986.

Su nombre se debe a que su pelaje fino y suave y sus movimientos elegantes recordaban a las bailarinas de los templos de Bali. Además, los criadores quisieron que siguiera existiendo una referencia a su origen asiático, pero a su vez, diferenciarse del gato siamés.

El gato balinés tiene un tamaño mediano, es muy ligero, y aunque posee extremidades largas y delgadas, cuenta con una musculatura fuerte, lo que lo hace un gato ágil y a la vez esbelto y elegante.

Su cabeza es más larga que ancha, con el cráneo plano y su hocico angosto. Sus grandes orejas son anchas en la base y acaban en punta. Sus ojos tienen forma de almendra y son de un azul intenso.

Su manto es fino y sedoso, un poco más largo en el collar, los hombros y la cola. Al igual que el siamés, tiene manchas más oscuras en la cara, las orejas, las patas y la cola. Una de las características que diferencia al balinés de los gatos de pelo largo es que éstos carecen de subpelo.

En cuanto al color, se presenta en las mismas variedades que el siamés: Seal point (con los extremos marrón oscuro sobre un fondo beige claro); Blue point (con los extremos de color gris sobre un fondo blanco); Chocolate point (con los extremos de color chocolate sobre un fondo marfil) o Lilac point (con los extremos gris plateado sobre un fondo rosado).

El gato balinés destaca por su buen carácter, es fiel y cariñoso. A diferencia del siamés, su voz melodiosa y suave, y su tranquila personalidad le dan un toque aristocrático. Sin embargo, cuando le toma mucho cariño a un miembro de la familia, no presta demasiada atención al resto. Además son bastante egocéntricos y celosos, lo que hace prácticamente imposible su convivencia con otros gatos. Son extremadamente curiosos, les encanta trepar, por lo que su lugar ideal sería una casa con un jardín, en donde pueda tener su propio espacio para jugar.