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martes, 11 de agosto de 2009

Cuestión de gusto




La lengua de los gatos es extremadamente versátil y es una parte esencial de su anatomía. De hecho es más importante para ellos que para nosotros. Está cubierta de pequeñas protuberancias en forma de gancho que apuntan hacia la zona posterior de la lengua, y se llaman papilas filiformes. Estos “ganchos” están compuestos de queratina, la misma sustancia que se encuentra en nuestras uñas, lo que les da la dureza necesaria que las hace tan útiles.

Los gatos utilizan su lengua para diversos propósitos:

- Para acicalarse: sus papilas hacen las veces de cepillo, lo que los ayuda a remover el pelo suelto y algunos parásitos, y a estimular al folículo piloso para favorecer el crecimiento del pelo. Igualmente, es recomendable cepillarlo a menudo, para prevenir la formación de “bolas de pelo”.

- Para comer: las papilas sirven para raspar la carne de los huesos de sus presas, y además para llevarse la comida hacia el fondo de la cavidad bucal y poder ingerirla fácilmente.

- Para beber: ponen la lengua en forma de cuchara, utilizándola para retener el líquido y así poder beber.

-Para cazar: en estado salvaje esto les ayuda a mantener inmóviles a sus presas.

-Para degustar: en su lengua existen otro tipo de papilas, ubicadas en la punta, a los lados y en el fondo de la misma, que le ayudan a percibir diversos sabores.

A pesar de que el sentido del olfato esté mucho más desarrollado en los gatos que en las personas, no sucede lo mismo con el gusto. Actualmente se piensa que los gatos pueden distinguir entre cuatro sabores:

- Ácido: Si la acidez es demasiado alta, el felino rechazará la comida.

- Salado: Toleran bastante bien los sabores salados, más que otros animales.

- Amargo: el gato es muy sensible debido a que la parte posterior de su lengua cuenta con unos receptores de sabor amargo.

-Dulce: los gatos son muy poco sensibles a los dulces. De hecho, los felinos en general sienten indiferencia hacia este sabor, y suelen ser exclusivamente carnívoros. Algunos científicos consideran que éstos están dotados de un sistema llamado nucleotídico, y debido a que la carne contiene nucleótidos, sería la razón por la que a nuestros pequeños felinos les agradan los productos cárnicos.



martes, 25 de noviembre de 2008

Con las garras en la masa

Los gatos poseen cinco garras en las patas delanteras y cuatro en las traseras, que están conectadas con la última falange y son retráctiles. Esto significa que cuando está en una posición relajada, sus garras se cubren por una capa especial de piel, lo que le sirve para conservarlas filosas, previniendo así su desgaste. Solamente le basta con estirar sus patas o golpear a su presa para tensar los tendones y así extenderlas.

Sus uñas son herramientas perfectas, ya que le ayudan a trepar y defenderse, y le son útiles para prácticamente cualquier cosa que haga, como rascarse, manipular objetos o sujetarse mientras se acicala. Ellas también le sirven para arañar, una actividad gatuna por naturaleza. Los gatos arañan varias veces al día, ya sea para relajarse, marcar su territorio o ejercitar su cuerpo estirándose en su rascador. Gracias a estos ejercicios físicos, los músculos de los hombros y la espalda se tonifican, manteniendo al gato en forma y evitando que pierda su flexibilidad y agilidad de movimientos. Además de esto, rasguñar con las garras retraídas, puede significar una muestra de afecto y también una forma para llamar la atención de los humanos.

Lamentablemente, existe una operación llamada oniquectomía o desungulación, con la cual algunas personas están de acuerdo y que consiste en la amputación de la última falange del dedo del gato, eliminando así el lugar del nacimiento de la uña. Este tipo de cirugías conlleva diferentes problemas para el gato, como por ejemplo:

-El gato usa sus garras para caminar, ya que éstas soportan todo su peso, cuando se amputa el extremo, el gato se ve obligado a cambiar de posición, lo que puede causar tensión en las patas y dolor a largo plazo. En algunos casos pueden producirse malformaciones (como que la uña siga creciendo de forma irregular) e incluso cojera si la falange no fue amputada correctamente.

-Como no pueden realizar ejercicios de estiramiento en su rascador, sus músculos se debilitan poco a poco.

-Un gato desungulado pierde gran parte de su actividad al verse extrañado por la falta de garras, e incluso puede aislarse y tornarse agresivo, tomando una actitud defensiva.

-En casos donde corre peligro, un gato desungulado no podrá trepar a ningún lugar seguro para protegerse, ni tampoco defenderse de un atacante.

Por suerte hay otras alternativas más inteligentes y menos dolorosas para nuestra mascota, como por ejemplo, la utilización de unas pequeñas fundas de plástico que recubren sus garras y que se fijan con pegamento, aunque el problema que tienen es que deben cambiarse periódicamente debido al crecimiento de las uñas. También se pueden cortar cada una o dos semanas, con mucho cuidado para no cortar la venita que hay dentro.

Si no queremos que rasguñe nuestro sillón favorito, podemos utilizar repelentes especiales o también productos que simulan el olor de las feromonas faciales del gato, ayudando así a estabilizar su comportamiento y reducir el marcaje.
Como vemos, hay diferentes opciones a las cuales se pueden recurrir teniendo en cuenta la salud y la calidad de vida del gato. Simplemente hay que tratar sus problemas de conducta desde cachorros, enseñarles cuales son los lugares donde pueden arañar, y destinarles un lugar exclusivo donde puedan jugar libremente.



sábado, 27 de septiembre de 2008

Visión felina

Uno de los sentidos más desarrollados en el gato es la vista, la cual le es extremadamente útil para cazar. Sólo abre los ojos 7 días después de su nacimiento, no llegando a dominar los estímulos visuales sino hasta aproximadamente 2 meses después, que es el momento en el cual sus ojos adquieren su color definitivo, pudiendo ser amarillos, naranjas, verdes o azules. Poseen visión binocular, lo que significa que una parte del campo visual de un ojo es cubierta por el otro también, dotándolos de visión en tres dimensiones, lo que le permite calcular el tamaño de su presa y la distancia a la que ésta se encuentra. Cuando se concentran en la presa es lo único que ven con total nitidez, lo demás se torna borroso.

Su visión nocturna es muy superior a la de los humanos, aunque su visión durante el día es inferior. Esto es porque tienen 200 millones de células fotosensibles, llamadas bastones (¡nosotros sólo tenemos 120 millones!). Sin embargo el secreto en realidad es una membrana que se encuentra detrás de la retina, el tapetum lucidum, encargada de reflejar la luz no absorbida incrementando entre 30 y 50 veces la luz disponible de los fotorreceptores. Cuando sus ojos aparecen brillantes al sacarles una foto se debe a la interacción del flash de la cámara y esta membrana. Cuando la oscuridad es total los bigotes captan los imperceptibles cambios en el aire, lo que le permite caminar entre objetos que apenas ve.

En la oscuridad o la penumbra, sus pupilas se abren al máximo para recoger la mayor cantidad de luz posible, aunque de día éstas se contraen formando dos hilos verticales.

A pesar de tener una gran visión (una de las mejores de la naturaleza), los gatos no poseen demasiados conos (células fotosensibles encargadas de la visión en colores), no ven de forma nítida, y además sólo pueden captar algunos colores como el azul, el verde y tal vez el rojo, sin distinguir matices; aunque de noche sólo ven en blanco y negro.

Los gatos tienen un tercer párpado, llamado membrana nictitante, que es una lámina delgada que le proporciona protección adicional. Normalmente no es visible si el gato se encuentra sano, pero se cierra parcialmente si está enfermo o tiene sueño.